79 de mis 90 alumnos se han convertido en funcionarios.
Este año ha sido, sin duda, un hito extraordinario en mi trayectoria educativa. Ha sido un período de inmensa alegría y orgullo, especialmente porque 79 de mis 90 alumnos han alcanzado un logro significativo: convertirse en funcionarios. Este éxito no es solo un testimonio de su arduo trabajo y dedicación, sino también un brillante reflejo del compromiso y la pasión con la que han abordado cada desafío en su camino educativo.
Para conmemorar este logro, organizamos una celebración muy especial. Una cena fue el escenario perfecto para compartir recuerdos, risas y planes futuros. No todos los alumnos pudieron asistir debido a diversos compromisos y circunstancias, pero aquellos de nosotros que pudimos reunirnos, vivimos una experiencia inolvidable. Fue una noche donde el compañerismo y la camaradería brillaron con especial intensidad, recordándonos el viaje compartido que nos había llevado a este punto.
La velada estuvo llena de conversaciones animadas, anécdotas divertidas y, por supuesto, una excelente comida. Fue un momento para relajarse y disfrutar del fruto de años de esfuerzo y dedicación. Cada sonrisa, cada historia compartida, cada brindis, reafirmó la sensación de comunidad y logro que hemos construido juntos.
Mirando hacia atrás en esta noche memorable, no puedo evitar sentir un profundo agradecimiento. Gracias a cada uno de mis alumnos por su incansable esfuerzo, a sus familias por su apoyo incondicional, y a todos los que han sido parte de este maravilloso viaje. La cena fue más que una simple reunión; fue un testimonio viviente del poder de la educación y de la comunidad. Para todos nosotros, será, sin duda, una velada para recordar.




