Hoy me encuentro reflexionando sobre las recientes declaraciones del Ministro de Transformación Digital y Función Pública, José Luis Escrivá, quien se presentó en el Senado para esbozar una visión audaz y transformadora para la Administración General del Estado (AGE). Su discurso, centrado en una reforma profunda que busca modernizar la esencia misma de cómo opera nuestro gobierno, no solo capta la atención, sino que invita a una conversación necesaria sobre el futuro de nuestra administración pública.
Uno de los pilares de esta reforma es la captación de talento joven y dinámico, especialmente en el ámbito tecnológico. En un movimiento que parece sacado de las páginas de una estrategia innovadora de recursos humanos, el Ministro Escrivá propone la creación de un sistema parecido al MIR para profesionales tecnológicos. Esta iniciativa no solo apunta a enriquecer el tejido de la AGE con mentes brillantes y capacitadas, sino que también plantea un desafío directo a la competencia feroz del sector privado por atraer a estos perfiles tan demandados.
Para hacer aún más atractiva la propuesta, se implementará un programa de becas destinadas a quienes se preparan para entrar en el sector público, y se contempla la posibilidad de convocar ofertas de empleo público en un plazo máximo de 12 meses. ¿Qué impacto tendrá esto? A simple vista, podría acelerar el camino hacia la función pública, haciendo que este sea no solo más accesible sino también más atractivo para una generación que valora la agilidad y la eficiencia.
La reforma que plantea Escrivá no se detiene en la captación de talento; se extiende a un nuevo modelo de recursos humanos basado en competencias, con un enfoque en la formación continua y el desarrollo profesional. Este modelo pretende otorgar una mayor autonomía y responsabilidad en la gestión de los servicios públicos a cada Agencia o Ministerio. Lo que se busca, en esencia, es una administración que aprende, se adapta y evoluciona según las necesidades de sus ciudadanos.
Y quizás uno de los anuncios más significativos sea la eliminación de la tasa de reposición en 2025, lo que podría marcar el inicio de una nueva era para el sector público español. Esta medida tiene el potencial de abrir las puertas a muchos más candidatos, revirtiendo la tendencia de los últimos años de pérdida de trabajadores en el sector público.
Este conjunto de medidas, audaces y sin precedentes, nos invita a preguntarnos: ¿Qué significa ser funcionario en la era digital y cómo podemos transformar nuestra administración para que esté a la altura de las expectativas de la ciudadanía? La visión del Ministro Escrivá no solo desafía el status quo, sino que abre un debate sobre el valor del servicio público y cómo este puede ser un vehículo para el cambio y la innovación en nuestra sociedad.




